jueves, 25 de julio de 2013

Vivir en el aire

Flores arrancadas de la niebla lleva consigo toda la sensación del desarraigo y del exilio experimentado en carne propia por Arístides Vargas, ese gran dramaturgo Argentino que incluye en sus obras el destierro de un modo recurrente; casi como buscando una respuesta, una verdad.

Raquel y Aída son dos mujeres que empiezan de nuevo y en ese andén la vida las une, como se unen y se amontonan las almas en el exilio; buscando un poquito de patria aunque sea en alguien que acompañe, para que no duela tanto el destierro.

Maider Lekunberri y Maitane Perez son las protagonistas que interpretan modos diferentes de enfrentar ese vacío, esa soledad de pertenecer a ningún sitio; algunos sin poder soltar el recuerdo y en cambio otros aferrándose con fuerza a él para no caer en el olvido.

Con una escenografía tan austera como funcional -de pocos elementos pero bien logrados - la obra logra enfocar su atención en una historia de amor a su tierra, pero a la vez de enojo con ella. 

Desde el bello título ya se anticipa la poesía de un texto profundo pero con momentos de humor para alivianar el peso de éste viaje. El grupo oriundo de Pamplona La Cuerda Teatro, nos brinda ésta vez con la dirección de Maite Redín un instante para pensar y reflexionar el desarraigo.


Por Carina Polo

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